PIERCINGS

El piercing es un accesorio de moda. Muchas personas lo consideran como una forma de expresión y de estar a gusto consigo mismo. Durante la última década se ha difundido con gran aceptación.

¿Estás pensando en hacerte uno? ¿Sabes como cuidarlo?

Existen diversas razones por las cuales hacerlo: para estar a la moda, para diferenciarse, por razones sexuales, para recordar eventos especiales, o simplemente para decorar sus cuerpos. Muchos lo usan como una forma de identificarse con determinados grupos sociales.
El body piercing no es un proceso difícil siempre y cuando se encuentre al profesional indicado para hacerlo, así se transforma en un algo seguro y simple. Se hace por medio de una aguja hueca a la que inmediatamente le sigue una pieza de acero quirúrgico, nioubium u oro. No es conveniente tomar aspirinas antes del proceso, ya que esto tiende a licuar la sangre complicando el proceso de cicatrización.
Hay que tener en cuenta que el verano es la época menos recomendable para hacerse un piercing, debido a que son los meses en los que más se suda y en los que se acude con frecuencia a las albercas.
Una de las principales objeciones para el uso del piercing es el hecho de adquirir infecciones o enfermedades como la hepatitis o el sida. Las condiciones de higiene que se deben tener a la hora de hacer una perforación son similares a las del quirófano y a las de un consultorio dental.
Además, quien se haga la perforación debe tener ciertos cuidados hasta que el proceso de cicatrización finalice.
Al momento de hacer el piercing, si el perforador o los instrumentos que utiliza generan desconfianza, la mejor opción es buscar otro lugar que merezca la mayor confianza. El piercing es doloroso pero solamente por un instante (aprox 30 segundos).
Aunque la costumbre de perforarse la piel para insertar en ella adornos es tan antigua como el hombre, en la última década el piercing ha aumentado de forma considerable en todos los países. Sin embargo, y a pesar de su apariencia banal, el piercing no está exento de riesgos. Así lo demuestra la avalancha de publicaciones científicas de los últimos años en las que se exponen cuáles son sus complicaciones más comunes.
-Infección. Las infecciones bacterianas comunes como abscesos o inflamación, y otras menos habituales como las condritis del cartílago de la oreja, son una complicación frecuente del piercing. Si la persona que se realiza la perforación toma medicamentos que modifican la inmunidad o padece ciertas enfermedades, como diabetes o cardiopatías congénitas, tiene más riesgo de sufrir una infección o que ésta sea más grave. Si, además, el instrumental empleado (agujas, punzones, sondas o lancetas) no está esterilizado o no es desechable, el riesgo de adquirir una grave enfermedad contagiosa, como hepatitis, sífilis, herpes, verrugas genitales o sida, es más elevado.
-Hemorragia. Cuando la perforación se practica en órganos delicados con una gran circulación sanguínea, como la lengua o el pene, la hinchazón y la hemorragia son complicaciones frecuentes y graves.
-Alergia. Hasta hace poco, la alergia de contacto por el níquel, el agente más sensibilizante, era poco frecuente en el sexo masculino. Sin embargo el piercing ha aumentado considerablemente su prevalencia entre los varones. También el oro, considerado hasta ahora como un metal incapaz de producir alergias, ha demostrado, según un estudio reciente de Contact Dermatitis, ser el segundo agente causante de alergias por contacto entre los usuarios del piercing.
-Cicatrices. Es frecuente la aparición de granulomas (reacciones de defensa de los tejidos cutáneos a la existencia de un cuerpo extraño). Los nódulos pueden ulcerarse con posterioridad y dejar cicatrices anormales.
-Efectos a largo plazo. Los piercing de la boca pueden producir complicaciones de aparición tardía, como dificultad en la higiene oral, generan la pérdida de la encía vestibular (que recubre la raíz del diente). Esto no causa inflamación pero pone al descubierto la raíz del diente, lo que ocasiona su desprendimiento a futuro, además podría generar alteraciones del habla, aumento de flujo salival, dolor, hinchazón e hipersensibilidad al metal y dificultades en la masticación. Las perforaciones en el pene pueden provocar parafimosis.. Un estudio reciente publicado en elmundosalud.com indicaba que el 17% de las personas que llevaban unpiercing habían tenido un problema de salud.

CUIDADOS

Los piercing requieren muchísimos cuidados si queremos evitar problemas como infecciones o malas cicatrizaciones. Para ello debes acudir a un profesional para que lleve a cabo la perforación, y, además, seguir sus indicaciones con mucha precisión, aunque ello suponga cierto sacrificio por tu parte, ya que además de cierta constancia con la limpieza, desinfección e hidratación de la zona perforada, deberás tener en cuenta muchos aspectos que debes aprender a seguir al pie de la letra. Uno de ellos es que debes evitar la exposición al sol en esa zona (por eso no recomiendan hacerse los piercings en verano), evitar movimientos bruscos que puedan provocar malas cicatrizaciones y uno muy importante es que no te cambies antes de tiempo el pendiente que te ponen en el centro donde te hagas el piercing.
Ahora repasaremos los cuidados específicos de cada parte del cuerpo (de las habitualmente perforadas):
*General: Los piercings deben limpiarse bien durante el periodo de curación y con las manos lavadas con jabón neutro antes de tocarlo. Estos son los cuidados dependiendo del tipo de piercing:
- Faciales (oreja, nariz, ceja...): Tienes que lavarlos perfectamente unas 2 ó 3 veces al día y si te aparece costra en la perforación, debes mantenerla húmeda y tratarla con un limpiador que te recomendará un buen profesional. Sobre todo no utilices otras cremas o tratamientos mientras se desinfecta y cicatriza.
- Body piercings (pezón, ombligo...): Los piercings que te realices en el cuerpo deberás limpiarlos entre 6 y 8 semanas al menos 2 o 3 veces diarias. Como en los faciales, si te sale costra, debes humedecerla. Además debes mover un poco el aro que lleves para que puedas limpiar toda la zona y enjuagarla bien con agua. Si el perforador te ha mandado un líquido, aplícalo escrupulosamente durante no más de 2 semanas. Si el proceso de curación y cicatrización te causa molestias, lo mejor es que enjuagues la zona con agua salina.
- Orales (lengua, labios...). Dependiendo del tipo de piercing oral que lleves el tratamiento será diferente: los hay internos (lengua) y externos (labios). Lo que debes tener muy muy en cuenta en los internos es que no debes ingerir alcohol, ni comer platos fuertes y/o picantes y los besos prolongados. La limpieza es vital, y durante al menos 6 semanas debes limpiar los piercing cada vez que comas, fumes o bebas, para ello puedes usar algún enjuague que elimine bacterias. Es posible que te salga alguna herida interna en la boca por efecto de la joya que lleves puesta. Los externos se deben limpiar 2 y 3 veces al día a lo largo de al menos 8 semanas.
- Piercings genitales: Estos son muy delicados por lo que aquí si debes extremar la higiene y limpiar del orden de 2 a 3 veces al día durante 4 o 6 semanas. El enjuague es vital para evitar problemas posteriores. Los profesionales recomiendan no mantener relaciones sexuales hasta que termine la curación, y en caso de tenerlas utilizar preservativos.